La agricultura debe ser una actividad sustentable para México

Los agricultores buscaron puntos estratégicos para acercar los productos del campo a los consumidores en poblaciones y en la ciudad; otros junto con sus hijos, hicieron uso de las redes sociales para comercializar sus productos e incluso entregarlos hasta la puerta de los domicilios de las familias.

El tiempo que lleva presente la pandemia de salud en México, ha impactado de manera importante en los diferentes sectores económicos del país, con descensos en los puntajes económicos, en los ingresos y en la generación de empleos, sin embargo, el sector agroalimentario, al menos por este tipo de fenómeno, no se ha visto directamente afectado.

La producción de alimentos en México continúa de manera ininterrumpida a pesar de las diferentes olas de contagio que se han presentado en los más de 500 días que tiene de presencia la contingencia sanitaria, el campo sigue trabajando con sus procesos naturales en la agricultura, desde la siembra, el manejo de las cosechas y todo lo que implica, durante el 2020 y lo que va del 2021, enfatizó Luis Andrés Cabrera Mauleón, catedrático de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAEP.

Dijo que el campo mexicano siempre ha tenido retos permanentes y no sólo en estos momentos de pandemia sanitaria; como son los retos tecnológicos, contar con innovación en los procesos de tecnología para ser más eficientes en la producción; procesos para hacer más rápido el trabajo y menos pesado; en el plano económico, contar con procesos más rentables, que con una igual o menor inversión, se tenga mayor producción y mayores ingresos.

Agregó que el sector agroalimentario en México, es una actividad que se mantiene y que sólo tuvo retrasos con la mano de obra disponible, por confinamiento preventivo o aislamiento por contagios del Covid-19, llegó al momento de adaptarse y seguir adelante. Nunca dejó de producir y sigue trabajando aun con los contratiempos que se presentaron en cuanto a distribución de los productos, comercialización y mano de obra para el campo.

Señaló que una parte del campo se vio afectada por la presencia del Covid-19, en lo referente a la mano de obra disponible, ya que algunos trabajadores y productores al estar contagiados por este virus, se vieron forzados a aislarse para poder superar la enfermedad.

De ahí que recomendó que también los productores y trabajadores del campo, deben continuar con los protocolos de salud, como es el uso de cubrebocas, uso de desinfectantes, evitar tocarse la boca y nariz con las manos sucias y continuar con la sana distancia social, así como lavar y desinfectar las frutas, verduras y productos provenientes del campo antes de ser consumidos por los clientes.

Cabrera Mauleón, manifestó que las empresas agroalimentarias, sobre todo aquellas que cuentan con una estructura más empresarial, y cuentan con ciertos mercados más selectivos y con más exigencias y con más supervisión en todo el proceso, incluso para la exportación de sus productos, siguen con sus programas de inocuidad, con sus programas de buenas prácticas agrícolas, buenas prácticas de manufactura, tuvieron que fortalecer todas estas medidas  y evitar que los alimentos que se producen en el campo, pudieran ser un medio de transmisión de este virus.

Luis Andrés Cabrera subrayó que el campo mexicano ha sido resiliente en esta situación pandémica, los agricultores fueron capaces de adaptarse al momento que se está viviendo y buscar nuevas formas de ofrecer sus productos ante los confinamientos que se vivieron por parte de los clientes y distribuidores.

Muchos agricultores buscaron puntos estratégicos para acercar los productos del campo a los consumidores en poblaciones y en la ciudad; otros junto con sus hijos, hicieron uso de las redes sociales para comercializar sus productos e incluso entregarlos hasta la puerta de los domicilios de las familias.

Dijo que la pandemia ha sido un periodo también de aprendizaje, para desarrollar nuevas formas de comercialización de los productos del campo, de buscar nuevas formas para llegar a los clientes y buscar que no hubiera un desabasto de alimentos; sin embargo, si se registró una disminución en la compra de alimentos en fresco, ya que al estar en el confinamiento domiciliario, las amas de casa no compraron frutas, verduras, entre otros productos, sino que salieron a comprar pastas, enlatados, precocidos y congelados, porque se tenía un alto temor por contagiarse del virus.

El académico destacó que a nivel nacional, de acuerdo a datos de diferentes fuentes de información como la Secretaría de Agricultura, habla de que este sector tuvo un crecimiento del 2%, cuando el resto de las actividades económicas cayeron en un 5, 8 y 10% respectivamente, el sector agroalimentario subió 2%, no solo se mantiene, sino que presenta un pequeño incremento en su actividad económica y esto habla de la resiliencia del campo mexicano y de esa capacidad de adaptación en situaciones complicadas como la que se vive actualmente.

Asimismo, externó que México como país, de acuerdo a datos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agrícola (IICA), se posicionó como el país número 14 en cuanto a producción agrícola a nivel mundial, es decir, ocupa esta posición como país productor de alimentos en fresco, lo que garantiza que haya suficientes alimentos para el consumo local y para seguir con sus exportaciones en alimentos.

Además, nuestro país ocupa el 8º lugar a nivel mundial con su capacidad de exportación agroalimentaria, como son algunos alimentos procesados, bebidas y alimentos, miel, café, y los productos en fresco como las hortalizas, que se comercializan principalmente hacia los Estados Unidos y Canadá, recordó Cabrera Mauleón.

Por último, acotó que el tema de la innovación tecnológica, el factor económico, social y ambiental, nos lleva en conjunto a que la agricultura deba ser una actividad sustentable, una actividad que genere beneficios y que garantice la proveeduría de alimentos para una población que crece permanentemente, y que reciba alimentos de calidad, que estén disponibles y que no provoquen daños a la salud y sobre todo, que el trabajo agrícola, contribuya al cuidado del medio ambiente de una manera responsable.