Barbosa y el 2024

 

Dentro del mar de encuestas, por las cifras serias que se conocen sobre las previsiones electorales para Puebla, la aseveración del gobernador Miguel Barbosa Huerta, al final de la marcha del pasado domingo, de que la 4T trascenderá 2024, no solamente tiene valor de arenga, sino también de pronóstico. La manifestación masiva a la que él convocó, incluso antes que el Presidente de la República lo hiciera para la propia, ha dejado afianzado al barbosismo y ha reforzado a quienes, a su lado y con su apoyo, buscan llegar a la boleta.

“La Cuarta Transformación (4T) no termina en 2024, tiene que ser una gran época de México”, dijo desde el templete que se colocó en el Zócalo de Puebla capital.

No hay un antecedente contemporáneo que se pueda comparar con lo que ocurrió ese domingo en Puebla.

La marcha multitudinaria más reciente y más nutrida, con un contexto político, fue en contra de un gobernador, ¡no encabezada por él! Se trató del repudió a Mario Marín Torres por el caso Lydia Cacho, en el año 2006.

Lo de este domingo fue inédito.

Hay señalamientos de movilización provocada, pero no por ello desmerece la concentración que se estimó en decenas de miles.

En torno al gobernador, la mayoría de la 4T está completamente cohesionada. Esa es una lectura que no puede soslayarse.

Los demás grupos, siendo o no opositores al barbosismo, tienen una relevancia menor. Son muy pequeños e insignificantes. En los casos más respetables, se trata de presencias testimoniales.

La fuerza electoral que puede llevar al triunfo en las urnas a la 4T y garantizar su continuidad, está solamente del lado del gobernador.

El mensaje fue contundente. “La mayoría está de este lado, chingao”, son palabras del gobernador que seguramente se recordarán. “La calle es nuestra. Aquí nacieron los movimientos sociales, pero hoy la calle gobierna y gobierna bien. “Por eso tenemos la frente alta, para decirle a todos reunámonos, salgamos y no dejemos que la derecha, que la hipocresía, quiera aparentar que son ellos los que tienen la razón”, sentenció en su mensaje.

La concentración de aquel domingo permitió además ver en convivencia cordial a quienes han levantado la mano hacia 2024. Puede ser fingida. Pero la verdad es que parece, todavía, genuina. Hay incluso camaradería.

La secretaria de Economía, Olivia Salomón, llegó puntual a la concentración en el Paseo Bravo. Igual que Sergio Salomón Céspedes Peregrina, presidente del Congreso local. El doctor José Antonio Martínez García, titular de Salud estatal, también tuvo una participación relevante y estuvo muy cobijado por sus huestes.

La novedad fue la presencia de Alejandro Armenta. El presidente del Senado de la República fue bien recibido en el contingente de Sergio Salomón, quien, generoso, le dio la bienvenida con un saludo apretado de mano y la pose para la foto.

Fueron prudentes todos. La marcha fue en apoyo al Presidente. También al gobernador. A la 4T. Todos lo entendieron.

Nadie cometió la descortesía de armar porras a su favor o llevar mantas personificadas. Como sí hizo el diputado Ignacio Mier en la marcha del domingo 27 de noviembre en la CDMX, ausente por cierto en la marcha del pasado domingo.

La demostración de fuerza del barbosismo fue contundente. Le pese a quien le pese. Nadie en el estado, en Morena, puede superarla.

Quedó la certeza de que nadie, fuera del círculo barbosista, puede mirar con seguridad el horizonte de 2024.

Y nadie es nadie.

Las ausencias notables, sin duda, fue la de Ignacio Mier, presidente de la Cámara de Diputados y hombre muy cercano al presidente López Obrador; Claudia Rivera, ex alcaldesa de Puebla, también estuvo ausente así como Rodrigo Abdala, quien se encuentra en una notable confrontación con el gobernador.