La corresponsabilidad social será determinante para “domar” al Covid-19

 

 

-Los seres humanos somos frágiles ante cualquier situación adversa a nuestra naturaleza, y ante esta contingencia sanitaria en donde todos debemos cuidarnos en lo individual y en lo colectivo, no podemos relajar las medidas de cuidados para la salud.

La corresponsabilidad social jugará un papel importante en estos momentos, ya que en las manos de las personas estará la responsabilidad de que esta pandemia de salud, se pueda “domar”, si todos nos esforzamos por cuidarnos y seguir con los protocolos de salud sanitaria y aplicarnos la vacuna que esté disponible.

Todos los seres humanos somos frágiles ante cualquier situación adversa a nuestra naturaleza, y ante esta contingencia sanitaria en donde todos debemos cuidarnos en lo individual y en lo colectivo, no podemos relajar las medidas de cuidados para la salud, afirmó Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Facultad de Psicología de la UPAEP.

Dijo que desafortunadamente ante esta situación de confinamiento, de enfermedad y muerte, provocada por la Covid-19, y en lugar de tener una línea rectora para controlar mejor el número de personas contagiadas por este virus, resulta que en las últimas fechas, los números de contagios van a la alza.

Por otra parte, comentó que la no responsabilidad de los padres hacia los hijos, cuando estos últimos quieren salir en las noches a sus fiestas, reuniones y llevar de manera normal su vida social, están provocando que la enfermedad se propague, por lo que es necesario que los padres establezcan diálogos con los hijos para concientizarlos de la situación que se vive por la pandemia.

Pérez Torres, señaló, “pareciera que la Covid-9 no estaba preparada para los jóvenes, y sin embargo comienzan a registrarse la muerte de algunos jóvenes por causas de este virus y lo mismo está pasando con algunos niños; estamos viendo que el virus no respeta clase social, edad y escolaridad”.

Reiteró que la influencia social también está impactando en la conducta de las personas, principalmente de los jóvenes que se ven influenciados por un tercero o por uno mismo, para influir en otros para cambiar su estado y actitud de comportamiento, se vuelve una cadena, porque se influirá en otros y así de manera sucesiva con otros grupos de personas.

Comentó que antes se pensaba que la influencia era de tres personas por una persona, ahora con las redes de comunicación social, la influencia es exponencial. “Una persona a través de las redes sociales envía un mensaje para asistir a una fiesta, y resulta que este mensaje puede llegar a cien, a mil o más personas y puede seguir aumentado el número de invitados. Y, por otro lado, está el reforzamiento que se tiene alrededor del mundo, en donde la gente en un inicio se guardó en su casa por el miedo a contagiarse, pero conforme pasó el tiempo, comenzaron a salir a la calle y fueron relajando las medidas sanitarias en la casa sin reconocer a fondo el daño que les estaban provocando a las personas con las que se convive”.

Manifestó que a pesar de toda la información que la gente ha recibido por más de 15 meses, hay determinados grupos de personas que se resisten todavía a utilizar el cubrebocas y a seguir con los protocolos de distanciamiento social y uso del gel antibacterial; incluso todavía se siguen encontrando a personas que se ponen agresivas por no querer llevar un cubrebocas a los lugares públicos y asumir no ser responsables por la salud del otro, a este tipo de acciones se le denomina violencia simbólica, el no querer asumir una responsabilidad de cuidar la salud de uno y de las personas que los rodean en la vía pública y en la comunidad en la que viven.

Dijo que las personas que no quieren asumir la responsabilidad por cuidarse y cuidar a los demás mediante el uso de las medidas sanitarias, están violentando el contexto social sin ser corresponsables del apoyo y de la ayuda hacia las demás personas.

Por último, expresó que cuando las personas ponen en práctica acciones de corresponsabilidad dentro de la sociedad, pueden ayudar a la generación de comunidades resilientes, en donde las personas tienen objetivos comunes, se cuidan entre todos y quieren salir adelante ante las adversidades y a la vez, fomentar el bien común para todos en un ambiente de paz, armonía y salud.