Conmemoración o motivo para el caos, marcha del 8M

 

Política en Movimiento

Angélica Beltrán

 Noticias México

Si bien el 8 de marzo se recuerdan sucesos trágicos contra mujeres y el día ha servido para reflexionar sobre la violencia de género; en los últimos años la conmemoración mundial ha sido pretexto en la Ciudad de México para que grupo de personas –hombres y mujeres—vandalicen monumentos históricos y golpeen a transeúntes con toda impunidad; porque, siendo mujeres, exigen ante la opinión pública no ser reprimidas.

Y es lamentable que, en medio de una protesta contra la violencia de género, las marchistas generen violencia. Lo cual contradice la idea del 8M. Así ha sucedido en las marchas de los últimos años que han concluido con saldo negativo tanto en lesionados periodistas como observadores; hasta policías mujeres asignadas a guardar –inútilmente—el orden durante una marcha, que ha dejado de ser acto de lucha para convertirse en momento de tensión y desastre al paso de contingentes, que vandalizar edificios históricos, los cuales este año como el anterior ya fueron acotados con vallas metálicas.

Es claro que no se trata de mujeres que buscan conmemorar el Día Internacional de la Mujer, sino delinquir, destruir y causar caos, con la impunidad que le permitido el emblemático Día. Pues, pese a las evidencias captadas en las cámaras del C-5 de la policía capitalina, han quedado impunes las llamadas feminazis, como han sido nombrados los contingentes de mujeres encapuchadas y violentas.

Y como se ha sucedido a lo largo de la historia, actos nobles, como ahora la marcha del 8M, han sido utilizados por intereses ocultos, para desvirtuar un acontecimiento tan importante y de trascendencia para las sociedades como es la búsqueda y el trabajo a favor de erradicar la violencia contra mujeres y niñas.

Así, independiente de la marcha, sirva este día para la reflexión y hacer nuestro aporte a mejorar el trato hacia las mujeres en nuestro hogar, en el trabajo y en el entorno en general, en aras de alcanzar una sociedad más equitativa.

Lula en México

La semana pasada, el presidente López Obrador recibió con gran entusiasmo al ex presidente de Brasil, Lula Da Silva; como otrora lo hizo con Evo Morales de Bolivia y Nicolas Maduro de Venezuela; ante la compatibilidad de ideología que los une, como el viejo ideal de Simón Bolívar de una Latinoamérica libre, fuerte y unida.

En su visita a México, el expresidente encarcelado y ya absuelto, quien buscará contender nuevamente por la presidencia de Brasil, dejó un mensaje que se oyó a los cuatro vientos y en todo el continente, su respaldo a la reforma eléctrica que impulsa el gobierno de Obrador.

Siendo que dicha reforma concuerda con los cambios impulsados por el grupo de mandatarios latinoamericanos de “izquierda”, como es recuperar la rectoría del Estado en el tema energético, por tratarse de un asunto de seguridad nacional. En esa búsqueda general de fortalecer nuevamente la función pública del Estado; debilitado durante la época del neoliberalismo impuesto en los países de América Latina, por parte de EU e Inglaterra, hacia los años ochenta del siglo pasado.

Y claro, el presidente López Obrador que ha comulgado con esa visión de nación, recibió con bombo y platillo al exmandatario brasileño, que recuperó para el Estado la industria petrolera nacional: Petrobras.

Curioso que la visita de Lula dio entusiasmo no sólo a la “izquierda mexicana” –Morena/Obrador- sino a legisladores de todos los partidos, incluido el PAN y PRI, quienes también tuvieron encuentro con el mandatario brasileño en el Senado y la Cámara de Diputados el pasado jueves 3 de marzo.

   

Y más que a promover su candidatura, el exmandatario Lula Da Silva vino a México y se reunión con las bancadas de Morena en el Senado que coordina Ricardo Monreal y de Diputados, que coordina Ignacio Mier, para hacer público su respaldo a la iniciativa de reforma eléctrica del presidente López Obrador, para regresar al estado la rectoría en la generación, suministro administración de la energía eléctrica.