Jesús Alberto Cervantes Villegas (Veracruz, México. 1980)

Es Licenciado en Educación Primaria (CESER) y Lic. en Pedagogía con especialidad en Español (Universidad del Golfo), ha tomado diversos cursos, talleres y diplomados de actualización docente de forma presencial y en línea en diversas instituciones como el Tecnológico de Monterrey, INEE, Instituto Consorcio Clavijero, UNAM, Universidad de Cambridge, Universidad Pedagógica Veracruzana, ILCE, ICATVER. Está interesado desde hace varios años en la capacitación docente como estrategia de mejora. Ha escrito y publicado algunos cuentos cortos infantiles y artículos docentes. Actualmente es director de educación primaria en la zona estatal 059 y profesor de grupo en la zona 075 federal, en la ciudad y puerto de Veracruz.

 

El pozo mágico de Carlitos

En la comunidad del Dorado, perteneciente a la serranía del estado de Veracruz, sucedió hace algunos años el presente acontecimiento.

Fueron años de prosperidad y abundancia en la localidad del Dorado, la mayoría de personas que vivían ahí, pertenecían a una condición económica humilde, dedicándose principalmente a las labores del campo, al hogar y brindar diversos tipos de servicios. Todos se ayudaban, compartían y divertían juntos, era asombrosa y envidiable la hermandad de los habitantes que diariamente convivían.

 

Cierto día el viento dejó de soplar, la tierra de dar frutos, el cielo de llorar, el manantial de emanar agua pura y limpia de sus rocas. Una terrible sequía se apoderó de la comunidad, los habitantes tristes y pensativos se preguntaban qué hacer para remediar la situación, algunos de ellos empezaron a orar, otros desesperadamente a dejar el pueblo, y unos cuantos de ellos a encontrar una solución.

En una reunión realizada, los más ancianos concluyeron que existía un pozo de agua ubicado en el patio de la casa de don Carlitos, el cual tenía más de 100 años de vida, recordando que por generaciones había abastecido a la localidad de agua potable, por lo que un grupo de ellos fueron a verificar de su existencia. Amablemente don Carlitos los dejó entrar a su morada, señalando que no le daba uso y que estaba a su disposición si se requería.

Los sabios ancianos comenzaron a revisar minuciosamente el antiguo pozo de agua, a implorar por su funcionamiento para superar esta terrible desgracia. Las lágrimas y sudor de ellos cayeron en la profundidad del pozo, que al sentir húmedo su interior, despertó compadeciéndose de la comunidad. Inmediatamente se propagó la buena noticia generando alegrías y esperanzas. Todos se formaban para extraer el agua potable del que llamaban el pozo mágico de Carlitos.

Hombres y mujeres acarreaban el agua apresuradamente, mágicamente no se terminaba, la localidad comenzó a florecer, el campo a producir, las personas a reír, regresó la normalidad a el Dorado, todos agradecidos por la generosidad de don Carlitos que jamás cobró un peso del servicio otorgado. Los niños en las escuelas inventaban canciones, poemas y cuentos en honor al pozo mágico de don Carlitos, tal maravilloso acontecimiento se difundió rápidamente en todo el mundo.

Reporteros de los más importantes medios de comunicación llegaron a entrevistar y fotografiar a don Carlitos y a su increíble pozo mágico, el cual estaba feliz de servir y ayudar a los pobladores de su comunidad. Gracias a la información emitida por periódicos, radio y televisión se conocieron a los héroes del Dorado y cómo gracias a la bondad de Don Carlitos y de su pozo mágico lograron superar esta terrible dificultad.

Meses después, ya no hubo necesidad de acarrear el agua, la sequía terminó, el pozo mágico descansó y se durmió. Pero en la memoria y anécdotas de los lugareños del Dorado todavía se escuchan relatos de este suceso.     

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