Armando Gómez Morales (Tierra Blanca, Veracruz, México/1970)

 

Lic. en Administración por el ITSTB, mediador de lectura profesionalizado, Diplomado por la UAM y la Secretaria de Cultura, e integrante de la red de mediadores voluntarios del país desde el 2010, capacitación en arte y práctica de los géneros literarios (Plataforma Académica), promotor y gestor cultural con capacitación permanente por el IVEC, Actor y director de Teatro desde hace más de 20 años con diplomado en arte dramático y teatro musical por AMDA (American Music and Dramatic Academy con sede en los Ángeles California USA), docente desde hace 15 años del TecNM campus Tierra Blanca, amante del cuento corto y la poesía libre, aficionado a la creación literaria y la dramaturgia, fundador del centro Cultural y Fomento a la Lectura “La Casa Naranja”, autor del libro “Relatos de Nostalgia y algunos poemas libres” edición independiente…

 

SI A CASO VES… 

Si acaso ves que no le lloro a mis muertos,

es porque en vida lo hice con ellos, para no hacerlo por ellos,

porque entendí perfectamente,  

que la muerte es parte esencial de la vida.

y que para vivir eternamente siempre tendremos que morir.

Si acaso vez que no extraño a mis muertos,

es porque amé y amo su esencia, mas no su cuerpo.

Si acaso ves porque no les llevo a mis muertos 

flores y veladoras a su morada eterna, 

es porque traté de regalarles mi aroma y mi luz durante su vida 

a través de mi sonrisa, mi mirada, mi saludo y mi trato.

Si ves porque no les mando mensajes a través de las redes,

diciéndoles lo que nunca pude decirles en vida 

es porque nunca se han ido; 

siguen viviendo aquí conmigo, en mi corazón.

Si ves que no les digo lo bueno que fueron, las virtudes que tenían,

es porque en vida les dije, no lo que querían escuchar, 

si no lo que debía decirles; sus virtudes y defectos, 

porque así debe ser cuando se ama.

Si ves que no me postro ante su tumba para pedir perdón,

es porque durante su vida traté de no lastimarles 

y si lo hice reconocí mi error y lo enmendé.

Por eso te pido que cuando yo muera,

no me extrañes, no me llores, no me digas nada, no me pidas perdón, 

ten en cuenta que ya no te oigo que ya no te veo, 

ahora quiero estar en tu corazón, en tu mente 

y ser completamente parte de ti.

 

PIEL DESEADA

Esa piel que añoro cuando mis ojos cierro,

esa que se eriza cuando mis manos la tocan,

que tiembla al percibir mi aliento cálido

se sonroja al choque de mi mirada,

esa piel que tanto deseo

que me cautivó justo al verla por primera vez

la que dentro trae esas venas

por donde corre toda esa sangre 

al ritmo del latir del corazón  

que grita esa pasión 

y ese deseo de tenerme, 

de tenerla, de tenernos.

Esa piel que me abraza en mis infortunios, 

en mi algarabía, en mi oscuridad, 

en mis destierros, en mis aberraciones.

Esa piel que me hace sentir vivo, 

y cuando no la tengo; muerto, 

que me lleva al cielo y muchas veces al infierno, 

que me ha hecho vivir primaveras, veranos, otoños e inviernos.

La que siempre he deseado y nunca he tenido

esa que siempre ha existido sólo en mi mente y corazón…

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