Puebla y su nueva normalidad

 

Puebla ha superado las dos mil muertes por Covid, una cifra que supera a países como Argentina y Uruguay. Una verdadera tragedia cada una de estas muertes.

El gobernador Miguel Barbosa, ha utilizado todos los recursos para entregar esta pandemia, ha canalizado recursos humanos, económicos y tecnológicos. Pero no podemos dejar de mencionar que el gobernador ha estado solo, el gobierno federal ha dejado a su suerte a todos los gobernadores. Aún así, en Puebla se logró una exitosa reconfiguración de hospitales que garantiza camas a cualquiera que, lamentablemente, se enferme de COVID.

Y es que, Aunque se puede ver frágil, hay en estos últimos días una estabilidad, con tendencia a la baja, en la epidemia de COVID-19 en Puebla. Ésta podría perfilar una nueva estrategia para las próximas semanas.

Todavía con muchos tropiezos pero pareciera que los poblamos comenzamos a aprender a vivir con el virus y que ha habido un mayor nivel de responsabilidad social.

Como mencionamos anteriormente, está el esfuerzo que ya muy pocos pueden menospreciar y criticar, del gobierno estatal, que ha tenido éxito el la reconversión hospitalaria y en otras acciones de contención de esta crisis.

El gobernador, sin echar las campanas al vuelo ni cantar victoria, perfiló la posibilidad de avanzar a la reapertura de actividades. Pero falta. Nos asomamos apenas a ese escenario.

Debe haber una sostenida responsabilidad colectiva. Un esfuerzo comunitario en el que todos debemos entrar.

Es cierto qué hay muchos saldos negativos, vidas que se han perdido y la crisis económica que ya muestra sus garras. Daños irreversibles.

Es una lucha, y no hay que olvidarlo, de muy largo aliento. Hay muchas cosas que recuperar.

De acuerdo con el último corte del IMSS, Puebla perdió, hasta junio, 6.4 por ciento de los empleos formales. La nuestra es la cuarta entidad con más pérdida de plazas laborales.

Los empleos informales, de los que no hay cifras exactas, deben ser muchos más, quizá el doble

Y no podemos soslayar que, desde el área institucional, el gobierno de Barbosa ha dado la pelea casi a solas. El gobierno federal es el gran ausente.

Barbosa ha tomado decisiones sin cálculos electorales. Sin complacencias, que pongan en riesgo a los poblanos.

En tanto, desde Palacio Nacional, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, ha lanzado acusaciones a las entidades.

Hoy menos que antes, hay que tener la guardia alta.

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