Los dos Anayas

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      José Antonio López Sosa

      Me cuesta trabajo entender el mensaje y la decisión de Ricardo Anaya con relación a la persecución que señala.

      El Anaya uno.

      En efecto le persigue el gobierno de López Obrador, está fincando un delito y pretende si no encarcelarlo, por lo menos exhibirlo como corrupto en algo que asegura no haber cometido.

      Tiene que salir del país por su propia seguridad, dado que las condiciones de justicia en México no garantizan que pueda ser una investigación transparente y, a todas luces pareciera que el objetivo no es hacer justicia sino truncar sus intenciones para ser candidato presidencial en 2024.

      Desde el exilio seguirá luchando por el México que quiere para todos.

      El Anaya dos.

      Antes de haberse formulado algún citatorio, Ricardo Anaya decide acusar al presidente y huir del país a un auto exilio, asegura que la impartición de justicia obedece a una cuestión política que truncaría su aspiración legítima para ser candidato (no se sabe por qué partido político) en 2024.

      El político que en diversas ocasiones ha prometido cambiar a México, huye en un momento donde es señalado como posible responsable de un delito, antes aún que se inicie proceso alguno. Asegura que le darían hasta 30 años de cárcel y prefiere huir que enfrentar la justicia.

      Anaya desconfía en las instituciones de procuración de justicia pero confía en las electorales, porque pretende presentarse a las urnas en 2024, es decir, para unas cosas sí y para otras no. Se convierte en un luchador social vía zoom y a la distancia.

      ¿Cuál de los dos Anayas es el bueno?

       Con esa misma cara de asombro se queda este reportero, así nuestro México mágico denota el subdesarrollo no solo en el gobierno en turno, sino también en quien pretende encabezar la oposición.

      No cabe duda que tenemos algo peor que los gobiernos y la oposición que merecemos.