La «preocupación» de SECTUR por el caso Canadá

José Antonio López Sosa

Más que preocuparse, el secretario Miguel Torruco debió ocuparse desde hace meses en lugar de estar de gira artística presentándose tocando la guitarra y entonando BlackBirden el programa televisivo de John Ackerman en Canal Once.

Canadá decidió unilateralmente reducir las operaciones desde México y el Caribe, esto es, que dejarán de volar las aerolíneas canadienses que conectan las playas del país, así como Aeroméxico desde destinos canadienses y su aerolíne bandera Air Canada, ello como acción preventiva frente a la pandemia global de SARS-CoV-2.

¿Por qué digo que debió ocuparse?, porque no ha habido una coordinación con la Secretaría de Salud para prever la seguridad biosanitaria del país en el ámbito internacional, sobre todo con los mercados más importantes de emisión de turistas para México. Estar en webinars, foros virtuales y tuitear numeraria oficial no es suficiente para tener un reconocimiento internacional como destino seguro.

No solo es Canadá, la Unión Europea y los países de la zona Schengen mantienen la restricción de viaje salvo en el caso de ciudadanos y residentes europeos (o casos muy específicos de viajes escenciales). Cuba hace un par de días también indicó que se restringen los viajes desde varios países, México incluido, para evitar la propagación del Covid19.

Dice el titular de SECTUR que la pérdidas serán del orden de 782 millones de dólares por el cese de vuelos de Canadá. ¿Acaso el secretario ha informado el monto de las pérdidas en el país en el sector turístico? y más que informar, ¿acaso el secretario ha hecho algo por el sector además de dar discursos?, somos de los pocos países donde no hay un apoyo financiero directo, no hay excenciones fiscales y menos aún, créditos a tasa cero para las empresas del sector turístico, donde muchas de ellas han quebrado ante la inanición de la Secretaría de Turismo y demás entidades del gobierno federal.

Esta preocupación me suena más de compromiso político que de realidad, más para alimentar una falsa percepción de preocupación que una genuina acción que se pueda tomar en consecuencia. No se trata de forzar la apertura de otros países, ni de mandar exhortos como se hizo en el comunicado conjunto con la cancillería, se trata de cambiar lo que ocurre en México, de tomar con la Secretaría de Salud, medidas que puedan contener la propagación del virus, de poner calendarios claros y realistas de vacunación, de presionar a las demás carteras del gobierno federal para apoyar más allá del discurso, a la industria turística.

Solo así podría salvarse una importante fuente de ingresos al país. Ocupándose y no, preocupándose desde la comodidad del escritorio.

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