La legislatura que viene

 

Para el próximo 15 de septiembre arrancará la LXI Legislatura del Congreso del estado de Puebla en condiciones políticas complicadas, con literalmente dos papas calientes heredadas: la discusión y la posible votación de la despenalización del aborto y la Ley de Desaparecidos.

Los dos temas tienen detrás grupos de presión. Algunos, ciertamente, con posiciones y aspiraciones legítimas. Otros, con intereses y agendas partidistas e ideológicas, como casi siempre sucede.

A eso habrá que sumar una agenda ambiciosa que esta legislatura pretende desahogar en su primer año.

Será esta, además, la configuración legislativa que acompañe al gobernador Miguel Barbosa Huerta, en el último tramo de su mandato.

A diferencia de la que se va, la actual pareciera tener integrantes de mayor peso y experiencia legislativa.

En principio, la mayoría de los coordinadores parlamentarios no son nuevos en las lides parlamentarias.

Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el recién nombrado coordinador del Grupo Legislativo del Morena, ya fue diputado local, aunque por el PRI, en la LIX Legislatura (2014-2018), la que por única ocasión duró 4 años 8 meses.

Sergio Salomón ha sabido transitar del tricolor al morenovallismo como alcalde y ahora a la Cuarta Transformación (4T).

Desde una mirada flexible, esa capacidad de diálogo en distintos escenarios y con tan diferentes interlocutores, podría ser una virtud.

Por el PRI el jefe de bancada será el viejo lobo de mar Jorge Estefan Chidiac, quien tiene una inmejorable relación con Casa Aguayo, luego de superar algunos malos entendidos que lo llevo al distanciamiento con el gobernador Miguel Barbosa.

Aunque es la primera ocasión que será legislador local, su experiencia anterior de tres veces como diputado federal y como funcionario estatal y de la Federación, lo avalan de sobra.

La bancada de seis diputados y diputadas del tricolor son suficientes para que, en caso de ser necesario, Morena y sus aliados naturales construyan una mayoría calificada.

Las dos terceras partes de los 41 legisladores locales.

Esa que se requiere para, por ejemplo, algunos nombramientos y las reformas constitucionales, que estarán seguramente en el ánimo del titular del Poder Ejecutivo. Por ejemplo, algunas que tienen que ver con la Ley Orgánica del Poder Judicial estatal.

Por el PAN el coordinador será Eduardo Alcántara Montiel, un personaje que no tiene estrictamente fogueo parlamentario, pero es fiel a la dirigente estatal de este partido, Genoveva Huerta Villegas.

Su nombramiento obedece a un deseo de ella, con base en sus facultades estatutarias.

Lo nombró incluso pasando por alto el procedimiento penal que enfrenta por acoso y hostigamiento sexuales.

Si bien no se perfila para ser un gran parlamentario, tampoco se puede esperar que estorbe el trabajo de la LXI Legislatura, como oposición irracional.

En el PT la coordinadora será Nora Escamilla, ex del PES y de Morena, y todavía presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política en la actual legislatura.

Tiene la confianza de Casa Aguayo y experiencia.

Los demás grupos y coordinadores, con todo respeto, son lo de menos.

En la próxima legislatura y con pendientes tan complicados por delante.