DETRAS DEL PODER. El dilema de Salgado

José Antonio López Sosa

Me parece increíble que un político tan gris como Félix Salgado Macedonio, genere toda una controversia al interior de su partido político, MORENA, con relación a su intención de ser candidato a la gubernatura de Guerrero.

El problema –intuyo– ni siquiera es el propio Salgado Macedonio, sino la voluntad de quien(es) maneja(n) los hilos de este partido, que miden fuerzas para mostrar quién manda y quién no. Lo demás, es circo.

Me parece grave que algunas mujeres afines al presidente López Obrador y a la 4T, defiendan quizás no a Salgado, sino su candidatura simplemente porque es el deseo del presidente de la república, entre datos y presuntos análisis, invocan al complot, el pasaje favorito del presidente en turno.

Si viviésemos en un país medianamente civilizado, no se permitiría (desde ningún partido político) que un individuo investigado y/o acusado por violación asumiera una candidatura para un cargo de elección popular. Si viviésemos en un país medianamente civilizado, no se permitiría (desde ningún partido político) que un individuo investigado y/o acusado por secuestro, asumiera una candidatura para un cargo de elección popular.

Ahora bien, ¿qué tanto interés de MORENA o del presidente de la república en que Félix Salgado Macedonio sea candidato a gobernador de Guerrero?, un senador que se ha caracterizado por sus ocurrencias en la cámara alta, amenazó a los gobernadores con la desaparición de poderes, amenazó con solicitar la disolución de la Suprema Corte (para reponer a sus integrantes) y, así se ha conducido en el senado.

Un sector importante de mujeres dentro de MORENA, ha solicitado de forma tajante que no participe Salgado Macedonio en el proceso de elección en Guerrero por las acusaciones de abuso sexual en su contra.

El tema ya está rebasando al propio Salgado, un político dicharachero sin principios ni ideología más allá de satisfacer los deseos del presidente de la república. El tema está radicado al interior de MORENA, el resultado de este proceso mostrará si en efecto, hay democracia e inclusión en ese partido o continúa siendo un instituto al servicio de los deseos del presidente en turno y sus personeros –Mario Delgado incluído–.

Apuntes a nuestro subdesarrollo.