Diálogo ‘fuera del aula’ ofrece crecimiento social e intercultural

El Departamento de Reflexión Interdisciplinaria invita al estudiantado de la IBERO a participar en el proyecto ‘Diálogo socrático’, un espacio para intercambiar ideas y distintas formas de comprender el mundo

Por: Mtra. Teresa Valenzuela, académica del Departamento de Reflexión Interdisciplinaria

El próximo 22 de febrero inicia una nueva edición de Diálogos socráticos, una actividad que impulsa el Departamento de Reflexión Interdisciplinaria para la comunidad de la IBERO y otras instituciones educativas que se quieran sumar a este espacio en el que participan personas de distintos contextos sociales y culturales con el fin de intercambiar ideas y distintas formas de comprender el mundo.

Estos diálogos vinculan a un grupo de personas para desarrollar una nueva forma de ser a partir de fomentar el encuentro, de destacar la riqueza de la diversidad y de tejer relaciones con la o el otro con la práctica de la escucha atenta y del diálogo. Esto es posible desde la cualidad humana profunda que nos permite estar en escucha atenta, creando y estableciendo un encuentro que genere redes de relación que poco a poco revolucionen los corazones de quienes participamos en este ejercicio.

La transformación que vivimos es personal, pero genera la fuerza colectiva de impulsar y llevarlo al mundo, y empieza compartiéndolo con quienes tenemos cerca.

La profundidad de este trabajo está en el cambio de mirada que provoca en quienes participan, pues revela experiencias cercanas que desembocan en acciones hacia los demás. Busca generar un cambio en el mundo a través de estas pequeñas reuniones en donde, desde los más profundo de nosotros, recibimos y damos todo lo que somos. “Somos escuchados y escuchamos”. La riqueza está en la apertura y entrega.

El ángulo por el que nos aproximamos determina radicalmente nuestra percepción de las cosas. Es por ello que el Diálogo socrático nos enriquece porque nos lleva a la experiencia que transforma la percepción. Dentro de nuestra vulnerabilidad y fragilidad humana, sólo podemos acercarnos a la realidad desde nuestro rincón particular. Por ello, este proyecto permite vivir de manera particular una sabiduría propia de la experiencia.

Este proyecto me llena de alegría. Cuando me invitaron a participar, me interesó por la bella experiencia que estaba punto de vivir. El diálogo me mueve constantemente el corazón, me transforma.

En mi proyecto de vida, siempre ha estado presente la importancia de la ‘calidad de las relaciones’ con las y los que nos permitimos compartir y con aquellas y aquellos que compartimos, aunque no siempre de cerca. Este diálogo me capacita para tener herramientas para mirar desde un ángulo mayor.

Cuando nos comprendemos dentro y como parte de un gran sistema de relaciones, percibimos también la importancia que hay en éstas. Pero ¿cómo fortalecer, alentar y crecer en las relaciones? Nuestra época y cultura nos lleva a olvidar que somos parte de ese sistema de relaciones, parte de una ‘cosmovisión’. Nuestra posibilidad de ser y existir con sentido, únicamente se percibe dentro de esta cosmovisión.

Desde aquí quisiera compartir la importancia de este proyecto.

Desde la práctica docente, lo más importante para mí es transmitir el sentido de la vida construido a partir de la calidad de nuestras relaciones, concebidas por la mirada desde el corazón.

Tengo a mi cargo coordinar grupos para el Diálogo socrático, que a su vez divido en subgrupos para que puedan conversar. Es gratificante ver cómo las y los participantes tienen una sonrisa desbordada tras platicar con sus pares. Al realizar una reflexión final entre todos, ellas y ellos comparten frases como “me mueve”, “me vincula”, “aprendí”, “me miro”, “me sitúo”, “empatizamos”, “compartimos”, “historias diferentes”, “me identifico”, «me une a las causas de los demás”.

Cuando hablamos desde el corazón, logramos hablar desde lo más hondo de nosotros mismos y con ello desligar nuestros prejuicios y abrirnos sin expectativas al otro. Aunque estemos coordinando la reunión y parezca que no participamos, se crea en nosotros un vínculo hacia las personas del grupo.

Para mí, el Diálogo socrático es una experiencia que produce aconteceres, pues dentro de este espacio del no espacio (puesto que ahora es por Zoom), donde varios hablamos desde el interior de cada uno, nos adentramos a conocernos, mirarnos y transformarnos. De la misma manera transformamos a los demás. Esta red de relación que se teje forma vínculos imborrables que nos marcan para siempre. Es un camino, un peregrinar interior y exterior.

En este mismo espacio, desligamos nuestros intereses y prejuicios, solamente para encontrarnos con los otros que nos acompañan en las entrañas, permitiéndonos reconocerlo a través del amor que se gesta en este encuentro.

Es algo difícil de explicar, el corazón arde, la presencia viva que permite unirnos en lo más profundo más allá de la distancia. Me mueve tan fuerte el interior que me impulsa pero aún no sé hasta dónde…

¿No es en pequeños grupos donde se gestan los nuevos paradigmas que van transformando a la humanidad?