-
José Antonio López Sosa
Tanto los médicos como los políticos aseguran que estamos en la peor etapa de la pandemia, particularmente en la Ciudad de México, hay exhortos para que la gente permanezca en sus casas, evite salir y extreme precauciones ante el contagio, sin embargo, hay mensajes encontrados sobre todo desde la iniciativa privada con relación a la situación.
Cinépolis, por ejemplo, mantiene una campaña para invitar a la gente a regresar al cine. Los grandes almacenes tienen campañas para hacer la venta navideña, donde no se especifica que es preferible comprar en línea, restaurantes y bares insisten en invitar a la gente a asistir adecuándose a los nuevos horarios.
Es claro que hay una crisis económica y muchos de estos negocios están padeciendo tras un año de pandemia, sin embargo, como sociedad la salud es primero y frente a ello, a las autoridades –capitalinas principalmente– les ha temblado la mano para tomar decisiones serias con relación a la pandemia.
Si quieren que la gente no salga, ¿por qué no cerrar por lo menos un par de semanas las actividades no esenciales en lo que llega el año nuevo?, si claro está, que mucha gente no entiende y abarrota las calles del centro histórico, llenan antros clandestinos y hacen fiestas con decenas de personas. Es una decisión difícil, impopular pero necesaria.
¿Qué pasará por ahí de la primera quincena de enero?, es una incógnita, pero de no tomar este tipo de decisiones, corremos el riesgo de tener hospitales al límite y una crisis económica derivada de la pandemia peor, que si se cierran por quince días tiendas, restaurantes y centros comerciales.
Mientras tanto seguimos con los dobles mensajes, por un lado, el quédate en casa y por otro el sal a comprar, a comer, al cine y a todos lados donde haya algo que vender.
Congruencia por favor, congruencia…
[publish]