MADRE NATURALEZA
Klaus Feldmann Petersen “Cuando se abre una ventana a la ciencia,
LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS COVID 19, ES UNA EVENTO MUNDIAL, favorecida en su propagación, por lo inquieto del hombre actual que no para de lanzarse de aquí para allá. El auge de la Líneas Aéreas, los Trasatlánticos (Cruceros), Trenes balas, Autobuses turísticos de dos pisos son testimonio del hecho, actualmente en peligro de quiebra.
Pero EPIDEMIAS LAS HA HABIDO DESDE SIEMPRE. Quedando el hombre indefenso a merced de ellas, ha recurrido en toda ocasión a Dios y a su Santísima Madre en sus diferentes advocaciones según la devoción de cada lugar. Todavía se mantiene en mucho lugares el cumplimiento del voto hecho en esa ocasión, como el de aquel pueblillo de Oberamergau en los Alpes de Baviera donde por tradición en la que se ha convertido siguen tallando preciosísimas imágenes religiosas en madera, que han llegado a muchos rincones del mundo. Yo en lo particular guardo unas maravillosas tallas de Cristo Nuestro Señor, la Virgen y algunos angelillos. En Muchas partes se siguen presentando año con año la representación de La Pasión de Dios, como la del Cerro de La Estrella en Ixtapalapa. ¡Cuantas Peregrinaciones no empezaron por pedir la ayuda ya sea del Señor o de su Santa Madre! Y año con año continúan con gran confianza y gratitud.
HAY UNA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA REALIZADA POR ANGÉLICA MANDUJANO SÁNCHEZ CATEDRÁTICA DE MEDICINA DE LA UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) apoyada por Luis Camarillo Sánchez catedrático de la Universidad de la Laguna Tenerife España y de Mario A. Mandujano investigador de la UAM de Xochimilco presentada como “HISTORIA DE LAS EPIDEMIAS EN EL MÉXICO ANTIGUO”. Estudio muy interesante, que presenta datos importantes sobre la situación social, política, despejando inclusive muchas mal informaciones que se tenían como ciertas.
AQUÍ EN MÉXICO HUBO EPIDEMIAS DESDE ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES, pero a su llegada hubo resultados fatales gracias a que los nativos no tenían las defensas, faltaban los anticuerpos adecuados para resistir y caían prácticamente como moscas ante el sarampión, la viruela, la tifoidea, de la cual por cierto murió Cuitláhuac el último emperador azteca, la rubiola, la neumonía y otras muchas. La población indígena de América, desde Canadá, Estados Unidos y México, en Norte-américa hasta Argentina y Chiles en Sud-américa la población nativa se vio diezmada tremendamente, llegando a morir en una sola epidemia hasta millones de indígenas. No habiendo forma de detener tan funestas mortandades. Llegándose a recurrir a traer esclavos negros de África para suplir la falta de mano de obra, sobre todo en el sur de EE.UU. Cuba y Brasil, lo que a su vez traían otras enfermedades de las cuales tampoco tenía defensas la población indígena, pero tampoco la población blanca.
ESTANDO ASÍ LAS COSAS SURGIÓ EN 1531 UNA “PESTE” (SARAMPIÓN), APENAS APARECIDA LA VIRGEN DE GUADALUPE, siendo notorias muchas curaciones de naturales por su intervención, siendo de la que se tiene un registro muy llamativa la cura de San Juan Bernardino tío de San Juan Diego en Tulpetlac con quien estuvo la Virgen a las 12 horas del 12 de diciembre de 1531, al mismo tiempo que estaba con San Juan Diego que iba camino a Tlatelolco por asistencia espiritual de su tío.
EN 1538 VASCO DE QUIROGA hizo trasladar a la Imagen de la “Virgen de la Salud” al Hospital de Santa María en Pátzcuaro por todos los beneficios que traía especialmente en beneficio de los indios.
EL AÑO DE 1541 llamo la atención que MURIENDO MUCHÍSIMOS BAJO LA EPIDEMIA DE VIRUELA EN TLAXCALA Y PUEBLA, SE LE APARECIÓ LA VIRGEN AL INDIO, DE NOMBRE TAMBIÉN JUAN DIEGO (no canonizado) en los bosques de la Malintzi, indicándole que si tomaran agua del rio o riachuelo que corría por ahí se curarían. El resultado fue que se controló la epidemia y la devoción del pueblo LE CONSTRUYO UN SANTUARIO A LA “VIRGEN DE OCOTLÁN”, que no deja de tener peregrinaciones constantes.
Años después DURANTE LA EPIDEMIA DE 1576- 1577 EN LA QUE MURIERON 2 MILLONES DE INDIOS, se organizó una procesión con la “Virgen de los Remedios”, del Pueblo de Los Remedios a la Catedral de la Ciudad de México y milagrosamente llegaron la lluvias y termino la peste repentinamente. La Imagen labrada en madera la trajo de España un soldado de Cortez, a quien su hermano se la había dado para que lo cuidara en el Nuevo Mundo, de él la obtuvo Cortez a quien acompaño siempre, hasta que habiéndola colocado en un altar del templo mayor, en la batalla de la Noche Triste en 1520, desapareció ya no sabiéndose nada de ella hasta que en 1540 cerca del Pueblo de los Remedios cerca de la ciudad de México la Virgen se le apareció a un cacique indio y le dijo que fuera a buscar su imagen en el pueblo y yendo, la encontró debajo de un maguey. Desde entonces se venera, construyéndole su Santuario, dando lugar al hecho que narramos y a otros muchos.
LA VIRGEN EN SUS DIFERENTES ADVOCACIONES SE MOSTRABA PROTECTORA ESPECIALMENTE DE LOS INDIOS, en las circunstancias más penosas para ellos. Y lo notable es que todos estos datos salen a la luz, gracias a una investigación científica de instituciones muy prestigiadas (La ciencia al servicio de la Fe, “sin quererlo”).
Y una circunstancia que llama la atención es que EN ESTOS DÍAS (24 DE MAYO) CELEBRAMOS A “NUESTRA SEÑORA DE LA DEFENSA” (PATRONA DE PUEBLA) cuya imagen se venera en el Altar de los Reyes en la Catedral la Ciudad de Puebla, donde fue colocada por órdenes de Juan de Palafox a quien por instrucciones de su confesor el Ermitaño Juan Bautista de Jesús que tenía su capilla en los Bosques de la Malintzi le informo de un hecho especial. La imagen no estaba en su Ermita, pensó queso la habían robado, pero con gran sorpresa la vio venir sobre una nube, diciéndole: “Estuve con un siervo mío que me necesitaba”.
ES PROVIDENCIAL que precisamente en estos días la celebremos, indicándonos claramente que si recurrimos a ella, con oraciones, peregrinaciones, procesiones llevándola en andas, con mucho fervor, pidiéndole que nos “DEFIENDA” de esta tremenda epidemia como ya lo ha hecho en otras ocasiones, podemos estar seguros que nos oirá y no ayudara a salir adelante. Acordémonos de lo que le dijo a Juan Diego en esos días en que fue la primera vez en que intervino en una epidemia: “¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?”
“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida.”