No entiendo la urgencia del presidente López Obrador por salir de gira, especialmente en un momento donde la pandemia por Covid-19 está en su punto crítico en el país.
Evidentemente, la reactivación de ciertos sectores económicos es necesaria más no deseable, como bien se ha apuntado desde la propia autoridad federal, no se puede tener a un país cerrado indefinidamente desde el punto de vista económico y productivo, en ese sentido me parece coherente y bien aputalado el semáforo federal que se ha puesto a consideración de los gobiernos estatales.
Ahora bien, las giras presidenciales no son una actividad productiva y mucho menos económicas, se trata de una actividad política no esencial, a menos que se tratara de una situación de emergencia nacional.
En varias ocasiones el presidente López Obrador ha asegurado que la política no debe ser un fin en sí mismo como forma de vida para quien ejerce el oficio, sin embargo con esta insistencia de salir de gira en una situación de emergencia sanitaria, la praxis contradice al discurso.
El presidente es el jefe del estado mexicano, su ejemplo es fundamental para millones de personas, en especial con el grado de aceptación que tiene a pesar de los pesares, ¿por qué no entonces asumir una actitud responsable y quedarse a trabajar desde Palacio Nacional hasta que el semáforo esté por lo menos en amarillo?
¿Qué tan importante era que él estuviese presente en los banderazos para el Tren Maya?, ¿qué tan necesario era que el presidente estuviese en Dos Bocas?, ¿qué tan complicado es que el presidente de la república sea el primero en respetar los lineamientos del «quédate en casa» cuando es posible?
Insisto en que una gira presidencial no es imprescindible, no es urgente ni necesaria en este momento.
Se equivoca López Obrador al llevarle la contraria incluso a su propio equipo parte del Consejo de Salubridad General para esta emergencia.
Se equivoca el presidente al salir y no usar cubrebocas, aunque tenga claro que no está contagiado de SARS-CoV-2.
El problema de fondo es que, no hay quien pueda evitar los arranques y decisiones del presidente, así estén en el terreno del yerro.