Hoy se celebra el día del agente de viajes, un tema controvertido en los últimos años y sobre todo, tras la pandemia de Covid19 que ha azotado al turismo.
En el pasado el turismo funcionaba prioritariamente a partir de las agencias de viajes, eran la herramienta primaria cuando alguien pensaba en comprar un viaje; con la llegada de las nuevas tecnologías, las agencias virtuales (denominadas OTA online travel agency) captaron a un gran segmento de mercado. Nació el debate entre sí las agencias de viajes (llamadas ahora tradicionales) sobrevivirían o morirían y, como suele ser, nada muere ni desaparece, solo se reinventa y tuvieron que comenzar a reinventarse las agencias de viajes.
El nicho donde trabajan las agencias de viajes, con proveedores y operadores mayoristas (los que provén de producto a los agentes de viajes), es cerrado y desde mi óptica soberbio, piensan que nada los acabará y que la gente continúa como antaño corriendo tras sus ofertas, cosa que no es así. Hay mercado para todos y, del mismo modo, de un lado y del otro dicen tener estudios de mercado muchas veces contradictorios, en unos aseguran que los jovenes no voltean jamás a una agencia de viajes y compran todo en línea y en otros, por el contrario dicen que los segmentos juveniles se acercan a comprar con los agentes de viajes, vaya, es como las encuestas pre electorales.
La realidad es una, ante la posibilidad de comprar un viaje con los productos por separado en la internet y frente al analfabetismo digital de muchas agencias de viajes, el mercado se redujo significativamente para ese sector, sin embargo, con la crisis derivada de la pandemia las personas que tuvieron apoyo para repatriarse, cambiar sus viajes o cancelar sus vuelos, son quienes compraron en una agencia de viajes, de las llamadas tradicionales, en contraste quienes compraron por internet en una OTA, tuvieron severos problemas, no les cambiaron sus vuelos, no lograron repatriarse (en nuestro espacio radiofónico en Grupo Fórmula documentamos dos jovenes mexicanos varados en Tailandia a quienes despegar.com no les ayudó a volver, cuando compraron el viaje con ellos), en fin, quedaron a la luz las ventajas de comprar con una agencia de viajes tradicional.
La moneda está en el aire, las agencias de viajes tienen la oportunidad de modernizarse en su conjunto, volver con fuerza al mercado y aprovechar en el buen sentido, la buena prensa que tuvieron con todo lo que invirtieron –junto con las operadoras mayoristas– en ayudar a sus clientes durante esta pandemia. La situación actual es crítica, muchas han tenido que cerrar, sin embargo las sobrevivientes tienen este nicho de oportunidad, es un trabajo que cada una deberá hacer, compitiendole a las OTA, a sus mismos proveedores mayoristas que en muchos casos, venden al consumidor final saltándoselas y sobre todo, adoptando nuevas tecnologías para formar parte de la aldea global que permeó a todos los negocios a nivel mundial.
Lamentablemente las agrupaciones gremiales no ayudan a las agencias de viajes más allá del discurso, como es el caso de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) que no hizo nada más que webinars y comunicados en esta pandemia, no sacaron del apuro a las miles de agencias en el país.
Esta parte de la industria turística tiene un reto mayúsculo, merecen un reconocimiento todas y cada una de las agencias de viajes en este día.