¡EN EE UU SE VIVE UN GOLPE DE ESTADO MEDIÁTICO!

 

Miércoles 11 de noviembre de 2020.

            QUIENES LE ESTÁN DANDO LA PRESIDENCIA A JOE BIDEN SON LAS GRANDES EMPRESAS DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN, NO LAS AUTORIDADES ELECTORALES. Efectivamente, fueron las grandes cadenas televisivas (TV Guide Netwok y Showtime, NBC Universal-Comcast, Syfy, USA, Bravo, CNN, CBS Corporation, The CW, NBC, Telemundo, etc.), las que han manejado insistentemente el triunfo del candidato demócrata, al mismo tiempo que le están haciendo el vacío al republicano Donald Trump. Desde la conferencia de prensa que brindó, cuando comenzó a denunciar el fraude presuntamente cometido en su contra, groseramente, los grandes medios de comunicación abandonaron el recinto y cancelaron la transmisión en vivo. ¡Estaban poniendo en marcha un brutal golpe de estado mediático!

SIMULTÁNEAMENTE, LOS REPORTEROS Y CORRESPONSALES COMENZARON A PRESIONAR CON ENTREVISTAS A TODOS LOS LÍDERES MUNDIALES, MUCHOS DE LOS cuales (diplomáticos, políticos, empresarios y jefes de Estado), cayeron en la trampa y brindaron su “reconocimiento” a Joe Biden, al que ya califican de “virtual” o de plano como “presidente electo”. Pareciera que hay una urgencia vital de muchos sectores por deshacerse ya de Trump y de todo lo que huela a Trumpismo, sobre todo por lo que ha significado de agresividad en política exterior, racismo, discriminación, supremacismo blanco y polarización social. Dicho reconocimiento por parte de jefes de Estados como Canadá o argentina, pesa mucho. Pero… ¿Qué pasaría si los tribunales finalmente dieran el triunfo a Donald Trump?

EN NORTEAMERICA, COMO EN OTRAS PARTES DEL MUNDO, HAY CONSORCIOS MEDIÁTICOS QUE CONTROLAN TODOS LOS CONTENIDOS NOTICIOSOS Y DE entretenimiento. Contamos siete corporaciones cuyo peso específico es tremendo: CBS Corporation, que aglutina a CBS, The CW, TV Guide Network y Showtime; NBC Universal-Comcast (NBC, Syfy, USA, Bravo, E!, Oxygen, Telemundo, A&E Networks y Hulu); Disney/ABC Television Group (ABC, ABC Family, ESPN, A&E Networks, Disney Channel y Hulu); News Corporation (FOX, FX, National Geographic y Hulu); Viacom (MTV, Comedy Central, Nickelodeon, BET, TV Land); TimeWarner (HBO, TBS, Cartoon Network, TNT, Comedy Central, Adult Swim, CNN); y AMC Networks (AMC, Sundance Channel, IFC). Su poder, como se puede colegir, es inmenso, pero acotemos el hecho de la tremenda diversificación de sus negocios y en el enorme poderío financiero, consecuentemente político que han acumulado y que ahora están dejando sentir en el proceso electoral que mantiene confrontados a los norteamericanos.

AL QUE MENOS LE CONVIENE ESA “CARGADA” DE LAS EMPRESAS TELEVISORAS Y DEMÁS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ES A JOE BIDEN, PERO TAMPOCO A LA DEMOCRACIA norteamericana y del mundo. Esto es así porque de un plumazo quieren borrar las instituciones electorales que, mal que bien, conforman el andamiaje que soporta la toma de decisiones del pueblo norteamericano, a saber, los colegios electorales y los tribunales de la materia para dirimir controversias como la que están viviendo en estos momentos. Si esto pasa en el país más poderoso de la tierra, qué podemos esperar los demás países si, como en el caso de México, se le ha delegado tanto poder a las televisoras y a los medios impresos. Y ya lo vivimos con la imposición del panista Felipe Calderón “Borolas”, en 2006, o de Enrique Peña Nieto en 2012.

AL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ESTO LE QUEDA MUY CLARO Y HA MANTENIDO UNA ACTITUD INSTITUCIONAL: ESPERAR A QUE EN EE UU RESUELVAN sus problemas internos. Así lo mandata la Constitución, pero también la prudencia política. Respaldar en estos momentos a uno u otro implica un injerencismo inaceptable que podría traer enemistades y consecuencias que nadie desea para nuestro país, en la relación más estratégica que tenemos, por la vecindad. Las presiones de los medios de comunicación en México, para obligar al presidente a pronunciarse en favor de Biden, hacia allá apuntan, tal vez en espera de un paso en falso que confronte al gobierno mexicano con Donald Trump, que ha sumado 70 millones de votos y que todavía sigue siendo presidente, o con Joe Biden que bien podría serlo, pues ya tiene 74 millones de sufragios a su favor.

LA “RUTA CRÍTICA” DEL PROCESO ELECTORAL NORTEAMERICANO, PASA POR EL COLEGIO ELECTORAL, MISMO QUE DEFINIRÁ QUIÉN GANÓ LA PRESIDENCIA HASTA EL 14 de diciembre, cuando se reúnan los consejeros en todos los Estados. El 6 de enero se hará la declaratoria formal de presidente electo y será hasta el 20 de enero de 2021 la toma de posesión. Evidentemente deben trabajar con la mayor transparencia, para brindar certeza jurídica a los electores, evitar una polarización mayor y brindar toda la legitimidad posible al nuevo presidente. Mientras tanto, en los días venideros veremos en las calles tanto los festejos de quienes desean que ya se largue Donald Trump, como la sublevación de la ultraderecha fascista de los “White, Anglo Sajón, Protestant”, o WASP (Blancos, anglosajones y protestantes), con toda su horrible carga de supremacismo Ku Klux Klan y del populismo trumpista.

EL PRESIDENTE TUVO QUE RECORDARLE A TODO EL MUNDO, INCLUSO A TODOS LOS EMBAJADORES, QUE EL ARTÍCULO 89 DE NUESTRA CARTA MAGNA ESTABLECE LAS FACULTADES y también obligaciones del Ejecutivo Federal (en su fracción décima), “Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.