Médicos, nuestros héroes verdaderos

Siempre es importante brindarle el reconocimiento a quienes dan la cara en momentos tan difíciles como el que vivimos en México y en Puebla por la pandemia del Covid-19: nuestros médicos. Y es que Puebla cuenta con una gran tradición médica, Estado del que han salido grandes aportaciones pata México y el mundo.

Puebla cuenta con uno de los sistemas de salud más completos del país, pues su infraestructura médica (pública y privada) es, después de la ciudad de México, la más completa. Por ello, Puebla, en los últimos años, ha sido uno de los destinos de los turistas de salud que más ha crecido, por la calidad de los servicios que aquí se ofrecen.

Pero, además de la infraestructura hospitalaria, Puebla cuenta con una de las mejores escuelas del Continente en medicina, la Facultad de la BUAP, de donde egresan profesionales de la salud de primer nivel.

Estos héroes, nuestros médicos, quienes se encuentran actualmente sometidos a un enorme estrés que a mas de uno le habrá llevado a cuestionar su vocación y la validéz de la elección de su profesión, los médicos y demás trabajadores de la salud se encuentran bajo el doble o triple presión: la de estar en primera línea de combate contra una enfermedad nueva, a veces desprovistos de los medios necesarios ya no solo para enfrentarla, sino para garantizar su propia integridad física, así como de no saber la dimensión real de lo que están enfrentando.

También se encuentra el lado de su vida personal y el temor de no llevar el virus a sus casas, lo que ha llevado a muchos de estos profesionales, cuando les ha sido posible, a cortar temporalmente el contacto con sus familias y descuidar sus hogares, especialmente difícil para quienes son madres o padres solteros. Mención especial se debe hacer a fundaciones como la William O. Jenkins, quienes han destinado sus hoteles en Puebla para que los médicos tengan un lugar donde descansar sin poner en riesgo a sus familias.

Finalmente, su compromiso como profesionistas y la enorme responsabilidad que representa que de ellos dependa la vida de otros, de ahí que se suscite en ellos sentimientos de enojo y frustración cuando su trabajo desafortunadamente resulta infructuoso y se cuestione su quehacer.

Todo lo anterior, hace que su situación sea equivalente a un estrés postraumático en toda forma, similar al que padecen sobrevivientes de desastres, violencia o tortura. Como respuesta, y ante la imposibilidad de recibir atención psicológica porque la premura de no desatender su labor se los impide en esta coyuntura, algunos trabajadores de la salud presentan bloqueos e insensibilidad emocionales que invariablemente inciden de manera negativa en la calidad y calidez de su atención hacia los pacientes.

La pandemia, que ha sido capaz de detener al mundo entero,  ha hecho ver que además de combatir los contagios, es necesario también la salud mental en estos tiempos para la totalidad de la población, dado que aún se desconoce la cantidad de repercusiones que puede llegar a producir el largo confinamiento colectivo bajo el que nos encontramos, con todo y que, por decisión propia del gobierno mexicano, éste no haya sido estricto como en otras naciones ni haya sido necesario imponer un toque de queda, como plantearon en algún momento algunas voces ante la indiferencia inicial.

Hay que evitar que los propios daños causados por el Covid-19 se sume a ala larga cauda de efectos psicológicos y emocionales generados por la pandemia en forma de miedo, ansiedad, incertidumbre, frustración, culpas, fobias, depresión, soledad y desesperación, sentimientos que ya han llevad al suicidio principalmente a pacientes y sus familiares. La salud mental de todo un país está en juego.